Dispositivos y plataformas móviles
No comprendo a quienes continúan aferrándose al libro de papel en lugar de dar el salto al eBook o libro electrónico. Especialmente cuando son grandes lectores de “no ficción”, es decir, libros de empresa, economía, técnicos, manuales, etc.
La mayoría de las veces, el argumento esgrimido suele ir en la línea de “es que me gusta sentir el libro de papel: su tacto, su olor, etc.”. Esto puede tener sentido desde el punto de vista romántico y para la lectura de algún libro muy especial –una novela de tu autor favorito, del que te gusta tener todos sus libros perfectamente ordenados en una estantería de casa…–, pero es un argumento absolutamente vano para la mayoría de casos.
En Internet hay algunos decálogos de las ventajas y desventajas más obvias de los eBooks como este o este.
Pero en ninguno de ellos se hace referencia a las que para mí son las ventajas principales, que tienen lugar cuando se utiliza un “ecosistema” al estilo de iBooks –el sistema por defecto de Apple, incluido actualmente en todos los iPhone, iPad y equipos Mac–:
Para todos aquellos que realizamos una lectura activa –resaltando párrafos, anotando ideas, etc.– este último punto es importantísimo. En mis libros de papel, duermen cientos de páginas marcadas rudimentariamente (dobladas), anotaciones, etc. a las que probablemente no volveré nunca por dificultad de acceso. Afortunadamente, gracias al libro electrónico, esto ya no volverá a ocurrir.
Ahora sólo falta que se ajusten más los precios de las ediciones digitales. En la mayoría de los casos suele haber una diferencia de únicamente 4 ó 5 euros y, sin hacer un análisis exhaustivo, parece evidente que el proceso de edición, impresión, transporte y venta en tienda física debe tener un coste significativamente superior a esta cantidad. Debería haber, por tanto, margen para reducir el precio de venta respecto a los volúmenes en papel.
eBook, iBooks, libro electrónico
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